1874 La última reconstrucción del Puente del Ebro de Elciego

Asko kostatu zait lan hau amaitzea; bainan merezi izan du. Hor geratzen da dokumentazio zehatza eta oso gutxi ezaguna.

  Dos puentes se hicieron sobre el río Ebro, uno en la década de 1860 y otro en siguiente década tras llevarselo la riada el 12 de enero de 1871. Dos puentes pagados a medias entre Diputación y el Ayuntamiento de Elciego que dejaron las arcas locales vaciadas; pero que proporcionaron al pueblo y a la zona un nuevo mercado a los vinos a través del ferrocarril.

Una guerra civil entre llamados carlistas y liberales truncó con la voladura de un arco del puente a cargo del Ejército del Norte, todas las esperanzas e ilusiones de la población de Elciego un 1 de diciembre de 1873.

La reconstrucción del puente, la gran obra civil de la segunda mitad del XIX, fue un nuevo esfuerzo titánico de nuestros antepasados, nuestras autoridades y de una persona siempre querida y a veces olvidada: Ricardo Bellsolá Bayo.

Dejamos aquí una crónica de los acontecimientos y un trabajo minucioso para enriquecer el patrimonio histórico de nuestro pueblo.

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LA ULTIMA RECONSTRUCCION DEL PUENTE SOBRE EL RIO EBRO EN

ELCIEGO  (1874-1875)

Jesús Fernández Ibáñez

1.- Introducción

Al comienzo de la década de 1860 la construcción de un puente  que comunicara con la reciente construida red ferroviaria,  estuvo muy presente en nuestras autoridades locales. Tener comunicación con esa vía, suponía un gran paso para la comercialización de los vinos. Por eso el interés de que la propia vía Castejón-Bilbao pudiera tener su trazado por el sur de Alava, estuvo presente en las autoridades provinciales .Cuando se conoció definitivamente el trazado y supieron con certeza de que en Cenicero se iba a construir una estación, la idea de construir un puente sobre el río Ebro se convirtió ya en una necesidad. El Ayuntamiento de Elciego se puso en contacto con Diputación y el Arquitecto Provincial Pantaleón Iradier, y se diseñó un puente que salió a remate en enero de 1863 por 762.900 reales.  La construcción fue financiada a partes iguales por el Ayuntamiento de Elciego y la Diputación alavesa, teniendo un coste total de 223.793 reales y 24 céntimos – Tras varios meses de retrasos en pagos y otras dificultades, se inauguró el 8 de julio de 1867. Lee el resto de esta entrada »

1871 Contrato de las obras de reconstrucción del Puente de Elciego sobre el río Ebro

1871ko urtarrillaren 12an, goizeko zaspiretan Ebro ibaiaren uholdeak txikitu egin zuen zubia. Zubi horrek 1862 urtean hasi zen egiten. Oso bizkor lanean jarri ziren beste zubi bat eraikitzeko, eta laguntza eskatu zioten Ricardo Bellsolári.

 

1871 Proyecto Bellsolá

A las siete de la mañana del 12 de enero de 1871, la crecida impresionante del río Ebro iniciada en días anteriores, arrastró consigo el puente construido en 1862.

Una desgracia sin descripción para Elciego, puesto que ese puente construido a medias entre el Ayuntamiento y la Diputación de Alava, había sido el sueño para sacar los vinos al ferrocarril.  Nada más conocer la desgracia, se junta esa misma  mañana el Ayuntamiento con el Alcalde León Ibáñez , quien comunica la desgracia a la corporación:» a las siete de este mañana se ha hundido el puente de piedra situado en el rio Ebro que correspondía la Exma Diputación de esta Provicia y a esta villa y que al haberse quedado sin paso y sin comunicación tanto para el servicio de personas como para la extracción vinos y que creia que era urgente atender a un servicio tan perentorio y de interes para esta villa»

Determinan ponerse en contacto urgente con la empresa «Barcos de Bilbao» para construir con urgencia una barcaza para poder cruzar a Castilla. A continuación se plantean la reconstrucción del puente, aunque «las arcas del Ayuntamiento habían quedado bastante exhaustas por la construcción del puente siniestrado.»  Manifiestan la necesidad de rehacerlo « basándose en los mismos motivos expuestos para su construcción, haciendo constar los grandes perjuicios que se originarían a la Rioja Alavesa en caso de no llevarse a cabo su reconstrucción, urge repararlo lo antes posible, pues el sacrifico económico será menor ya que podrían extraerse y aprovecharse los materiales del puente derribado y emplear la piedra de sillería labrada, existente al pie del mismo.»(Libro de Actas Municipales)

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Se ponen en contacto con Ricardo Bellsolá, vinculado con Elciego, quien realiza el proyecto para iniciar la obra.

 

 

Exponemos aquí el contrato de obra; con multitud de detalles sobre su construcción y aspectos técnicos.

El puente de Elciego sobre el río Ebro es uno de los últimos que se realizaron íntegramente con piedra en todo el Estado.

1871 Plano Bellsola arco

Ver CONTRATO

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Jean Pineau, el «maestro de cueva» bordelés que la Diputación de Alava trajo para innovar el vino riojano

Araba Errioxako blogean agertutako artikulua. Gure «Jean Pineau» ezin zuen falta blog honetan.

Artículo sobre Jean Pineau publicado en el blog de Rioja Alavesa

http://riojaalavesa.blog.euskadi.net/jean-pineau-el-mago-frances

firma Pineau

JEAN PINEAU

El “Maestro de Cueva” bordelés que Diputación de Alava trajo para innovar el vino riojano

               

La vitivinicultura tradicional riojana, tanto en su vertiente de cultivo de la vid como en la de la elaboración de los vinos, se venía transmitiendo de generación en generación a lo largo de varios siglos. Los terrenos más dificultosos o las terrazas de los montículos muy propios de nuestra orografía estaban destinados al cultivo de la vid, destinándose los más llanos y productivos a los cereales.

Tal y como rezan en los escritos antiguos  los trabajos realizados de “podar, cavar, espergurar, hedrar y morgonear cada año” los majuelos de una manera totalmente manual, donde la “obrada”, como superficie que acoge unas 200 cepas, era la referencia del trabajo de una persona en una jornada. A la hora de recoger el fruto, las comportas en los lomos de los animales mulares que accedían por las estrechas sendas, llevaban la “carga” de uva ( unos 184 kg entre las dos) hasta los lagares de piedra y los cubos de las cuevas o bodegas. Tras la fermentación del mosto, el pisado y el trujalado eran las siguientes labores hasta la primera trasmuda; separándose los suelos y heces del vino, que se depositaba en las cubas de los calados para ser posteriormente “aforados” por la autoridad municipal. Meses más tarde los “arrieros” llevaban en sus pellejos los vinos a las poblaciones que reclamaban bebida para sus tabernas. Un ciclo de trabajos anual que en muchas ocasiones se remataba forzadamente para la venta y posibilitar las cubas para la nueva cosecha.

Este esquema vitivinícola se venía cumplimentando a lo largo de varios siglos, siendo a finales del XVIII cuando la superproducción y la poca perdurabilidad del vino encendieron las alarmas de las personas más eruditas. Entre ellas el fabulista Samaniego, la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, el Diputado Valentín Verástegui…junto con las experiencias del clérigo Manuel Esteban Quintano en el XVIII y del Marqués de Murrieta en mitad del XIX, reflejan una necesidad de innovación en el vino riojano. A ello contribuyen las fuertes heladas y el ataque de oídium en 1855 o el inicio al siguiente año del proyecto de ferrocarril Tudela-Bilbao, que abre un nuevo panorama de mercados a los que hay que adecuar la perfecta conservación de los vinos para su venta y transporte.

La Diputación de Alava pone su maquinaria en marcha con ensayos y coordinación. Así el equipo formado por el Diputado General Ramón Ortiz de Zárate, el Marqués de Riscal residente en Burdeos y el Director de la Escuela Práctica de Agricultura, Eugenio Garagarza, deciden traer un “maestro de cueva” bordelés que instruya a los cosecheros alaveses en las mejores técnicas vitivinícolas. Así contratan a Jean Pineau en julio de 1862 quien residirá “en el País de los viñedos de la Provincia de Alava, llamado rioja Alavesa” y bajo las órdenes de Diputación, enseñará todos los trabajos relacionados con viñas, vinos y tonelería a los cosecheros alaveses.

Ese mismo verano de 1862 comienzan los preparativos para vinificar al estilo bordelés, utilizando cada cosechero que participe en el proyecto tres barricas con duelas de Estados Unidos, otras tres con duelas del País y una cuba de 50 cántaras. El entusiasmo y la ilusión por el proyecto se contagia entre los cosecheros, quien consideran a Pineau un auténtico mago que puede aportar solución a las continuas penurias del vino riojano. La participación en exposiciones da más solidez al proyecto, obteniendo reconocimiento y premios en Bayona y Burdeos. Para ello hay que vestir al vino con botella, corcho y etiqueta, algo totalmente desconocido en la zona; utilizando para ello la marca “Medoc Alavés”

9.-Etiqueta

El proyecto apenas dura seis años y Diputación tiene que rescindir los servicios del mago francés, porque los cosecheros deben invertir en infraestructuras (bodegas) y equipamientos (maquinaria y barricas), algo que sólo algunos ricos propietarios pueden acometer. Entre ellos el propio Marqués de Riscal, quien construye en Elciego la primera bodega de corte moderno para alargar la vida del vino en las barricas. Para ello manda al ingeniero Ricardo Bellsolá a tomar modelo en la propia bodega donde trabajaba Pineau, en Lanessan, en Cussac fort Medoc. Para su propio proyecto en Elciego, Don Guillermo Hurtado de Amézaga, contrata los servicios de Jean Pineau quien permanecerá en Elciego hasta su fallecimiento en 1889.

Con el Marqués de Riscal y Jean Pineau comienza en Elciego la primera bodega del nuevo vino riojano: nuevo sistema de elaboración, cuidado en barricas de 14 cántaras (225 litros), clarificado y preparado en botellas de vino para el mercado, con una etiqueta que le da nombre al producto. Por este motivo Marqués de Riscal es la única bodega de vino riojano que guarda en sus calados vinos desde 1862 hasta nuestros días. 152 cosechas ininterrumpidas de vino riojano, toda su historia.

Con Jean Pineau comienzan en el vino riojano las grandes innovaciones que aún hoy en día conservamos:

  • En la viticultura se comienza a plantar las vides alineadas en hilera o renque, para utilizar la tracción animal en los trabajos, se utilizan estacas en las plantas para elevarlas más del suelo, se mejoran y perfeccionan la poda, se emplean sulfatos, azufres y abonos para la mejora…..
  • En la vinificación se emplea el despalillado, las fermentaciones regulares y controladas, la utilización de barricas para la perdurabilidad, las trasiegas continuas, la clarificación con claras de huevo, ….
  • Con Pineau comienza la tonelería en la zona, comenzando con la primera escuela taller en Laguardia en 1864 y continuando con el taller de tonelería en la bodega del Riscal a partir de 1868
  • Con el proyecto “Medoc Alavés” y el posterior de la bodega Marqués de Riscal, el vino pasa de ser un producto genérico a ser presentado con una garantía sellada y etiquetada para hacerlo llegar así al consumidor.

 

 

1888.- El Marqués de Riscal fomentador de la viticultura española. Las bodegas de Torrea

Ricardo Becerro de Bengoak «El Imparcial» egunkarian artikulu hau argitaratu zuen 1888an. Oso idatzi interesagarria da jakiteko nola zegoen ardoaren gaia lantzen garai hartan.

Ricardo Becerro de Bengoa,escribió este artículo en «El Imparcial», el 29 de marzo de 1888. Explica los avances propiciados por el marqués de Riscal en la vitivinicultura riojana y la importancia económica que supuso para este sector las innovaciones traídas desde tierras francesas por Jean PIneau.

 

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EL IMPARCIAL

Diario Liberal     Jueves 29de marzo de 1888

ELMARQUES DE RISCAL

Fomentador de la viticultura española

Las Bodegas de Torrea

En medio de la Rioja Alavesa, a corta distancia de la margen izquierda del Ebro y en una de las laderas de los numerosos barrancos que, formados por las derivaciones de la sierra de Toloño, cortan aquel pródigo y accidentado suelo, se eleva la importante villa de Elciego. Fuera de ella, entre el riachuelo que fertiliza las huertas de su término y el camino que sube a Lapuebla de Labarca, frente a su notable iglesia de San Andrés, que es su fábrica y ornamentación conserva la memoria del insigne hijo de la villa el Arzobispo de Burgos Don Manuel Navarrete, autor de las historias de esta sede y de la de Mondoñedo, frente a la obra del prelado erigida a principios del XVIII, se dilata la extensa línea de las Bodegas de Torrea,  que con sus plantíos cercanos constituyen una magistral escuela práctica de viticultura y de elaboración de vinos, ya afamada dentro y fuera de España, y que consagra para siempre el nombre del prócer ilustre del Marqués de Riscal, que las fundara para honra y provecho de la agricultura patria.

El progreso sostenido en Alava en pro de este ramo de la riqueza pública se inició en la Granja Modelo Provincial por su inolvidable director el Sr. Garagarz en 1860. Poco después, siendo Diputado General el Sr. Ortiz de Zárate, entusiasta por los intereses de la Rioja, se hizo la campaña de propaganda y de ensayos, en la que tomaron decidida parte el marqués de Riscal y los Sres Balanzategui y Gil de Elciego, Gortázar de Laguardia, Poves y Paternina de Labastida y Olano de Samaniego. El maestro de bodega Mr. Juan Pineau, que la Diputación trajo de Burdeos para la enseñanza práctica, pasó a servir al marqués de Riscal, en clase de director, y administrador cuando éste se decidió a establecer en grande escala la explotación vitícola por el sistema Medoc  en 1868, después de seis años de constantes trabajos de laboreo y fabricación.

Dadas  la clara inteligencia, la actividad asombrosa y la facilidad que para las más difíciles soluciones ostentaba el marqués en sus empresas, creó bien pronto, como por encanto y con la base de su sano capital, un centro vitícola que fue primero la admiración de toda la comarca riojana y después el predilecto punto de visita y de estudios de los hombres entendidos dedicados a la agricultura. Un ingeniero distinguido por muchos conceptos, D. Ricardo Bellsolá, jefe entonces  de la provincia de Logroño,  hizo por su encargo una expedición a Burdeos para tomar allí el modelo de los edificios que en el término de Torrea,habían de servir para la elaboración de los vinos.

Compró el marqués abundantes terrenos ( bien caros por cierto los que rodearon a las bodegas) y emprendió el plantío y las labores bajo la hábil dirección de Mr. Pineau.

Hiciéronse éstas con azada, a la profundidad de 40 centímetros en suelo limpio, y a 80 en el pedregoso, despojándolos de cuantos estorbos se oponían a la vegetación. En los términos fértiles de colocaron las cepas traídas del Medoc a 1’71 de distancia, correspondiendo 3.119 a cada hectárea y en los pobres a 1’40 que daban 5.102 en suma. Se alimentaron con una arroba de abono por cepa, preparado convenientemente en el primer año, y sujetado cada una a una estaca para que se criaran derechas. Plantación esmerada, cara, pero muy productiva, que en su geométrico regular y pintoresco conjunto, se distingue y destaca perfectamente en aquellas laderas, pregonando dónde puso su mano el marqués y sirviendo de enseñanza a todos.

Las bodegas se componen de un conjunto de dependencias de servicio completo para la elaboración. Por la fachada que mira al Norte, después de pasar por el despacho y habitaciones, se llega a los dos calados o galerías, donde están los cubos o tinos, de 85 hectolitros cada uno, montados sobre sillería,  y destinados a la fermentación. Se hallan todos provistos del aparato Mimsard, que dé salida al ácido carbónico y recoge y condensa los productos alcohólicos y aromáticos. Una línea de carriles de hierro conduce desde el exterior a los tinos la uva, limpia ya de todo grano podrido y sucio, y que va a parar a una trituradora  y zaranda, donde queda el raspón.

La presión se hace en cada cubo por un procedimiento superior al de Mabille, y para el cual no se necesita más que el esfuerzo de dos hombres.

Toda la techumbre del edifico es de armadura de hierro de chapa doble.

Las bodegas son sorprendentes. Hay cuatro antiguas y cuatro nuevas de 50 metros de longitud, y están edificadas sobre el nivel del suelo, con respiraderos al Norte y con dos metros de tierra sobre la bóveda. En ellas se ven escalonadas cuatro filas de barricas o pipas de 14 cántaras (228  litros) cada una. En cada galería hay unas 1.000 barricas. Estas se fabrican en Torrea. Costaban antes los envases de 25 a 30 pesetas y  comprendiendo el marqués que su fabricación extraña, sin favorecer a ninguna industria nacional, gravitaba sobre la de los vinos, planteó allí el taller de pipería, dando ocupación y pan a numerosos muchachos del pueblos, que fabrican de 600 a 1.000 por año.

Trasegados y clarificados los vinos, se embotellan por medio de magníficos aparatos, después de elegir y tamizar los corchos, y sin dejar nunca entre el tapón y el líquido ningún vacío, Consérvanse las botellas, puestas horizontalmente, en casillas de ladrillo con listones de madera, y en armarios de alambre, dentro de oscuras galerías a muy baja temperatura, al parecer. Allí hay una riqueza de productos excogidos, de vinos, desde 1862 hasta la fecha. Su fuerza alcohólica es (según los análisis de los Sres. E. Garagarza, Dr. Lande y E. Pedroni) de 11’9 a 12’8 y 13’4 por 100. Un vino de 1862, analizado en 1878 (Exposición Universal de París) por Mr. J. Boussingault, dio respecto a la cantidad de un litro, los siguientes resultados: densidad 0’996, alcohol en volumen, 118’0, acidez total 3,588, crema de tártaro 0’263, tanino 0,125, extracto seco, 26,2; glicerina, 8’2 , ácido sucínico, 1’61; cenizas, 2’8; alcalí en las cenizas 1’275

Bien pronto recogió el marqués el positivo resultado de su magna empresa. Los vinos de su nombre, premiados en primer lugar en los grandes concursos internacionales, adquieren gran fama en Madrid, en el Norte de Europa, en Inglaterra y en América. Hoy la elección de su marca para la mesa, es la mejor marca del gusto exquisito del consumidor.

Probó en sus cálculos agronómicos que los cosecheros en la Riojaapenas llegan a obtener un interés de un 3’6 por 100 del capital y que él obtenía un 7’7. Todo, por supuesto, en término medio. Mientras los productos ordinarios del país se venden a tres pesetas la cántara, o se a 18’73 el hectolitro, que dan un producto líquido medio de 31 reales por obrada (cada hectárea comprende 18’1 obradas), él podía vender a 12 pesetas la cántara, o sea a 75 el hectolitro, que aun reducido a 45, por las mermas de tenerlo cuatro o cinco años conservado, siempre resultaban a un precio muy superior al común. A los quince años de establecidas sus bodegas, vendía cada barrica de 225 litros a 170 pesetas, cuyo precio subió con la edad de los vinos considerablemente. El producto por obrada se duplicó ( en la misma relación que el interés indicado) pues aun descontando el 8 por 100 del capital invertido en más, en esta elaboración, resultaba ser de 63 rs, doble del ¿ ya dicho.

Consiguió el marqués en esta escuela ejemplar de elaboración no sólo esos grandes resultados económicos, sino el hacer comprender a los cosecheros que aquellos excelentes vinos riojanos, que no lograban conservar más de un año, por el atrasado sistema de fermentación que seguían, por las fatales consecuencias de guardarlos en pipas de gran capacidad y por el empeño en producir diversas clases de caldos de tres calidades, podían obtener larga duración y otras preciosas cualidades que multiplicarían su valor.

Tal fue la obra inteligente y patriótica del señor Hurtado de Amézaga. Si hoy, al lamentar la crisis por que atravesamos se queja, el país de que muchos hombres poseedores de talento y de capital viven apartados de la vida del campo, y de que para nada se cuidan de ella, empleando, egoístas, su fortuna y su actividad en otras más cómodas, brillantes y útiles especulaciones, conste que el marqués de Riscal, a semejanza de otros hombres ilustres por su alcurnia y sus medios, cuyos nombres sabe toda España de memoria, cumplió como bueno y como noble al contribuir generosamente a la regeneración y progreso de nuestra abatida agricultura

                               R. Becerro de Bengoa

1874.- Puente de Elciego

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Bigarren Karlista Gudatan Ebroko zubiako  bigarren arkua soldaduek lehertu zuten. Horren ondorioz zubiko zati bat jausi zen.

En la Segunda Guerra Carlista las tropas que estaban en la parte castellana del Ebro volaron un arco para inutilizar el puente. Ocurrió en 1873;  al año siguiente, con el arco debilitado, se produjo un derrumbe mayor. Con la inutilización del puente, las tropas tendieron un puente de pontones para poder cruzar el río Ebro

Este grabado de la Ilustración Española y Americana que nos han regalado, es una estupenda aportación a nuestro patrimonio histórico y cultural .El pie de página no deja de ser curioso: » Puente de pontones tendido sobre el Ebro por los ingenieros, junto al puente cortado de Cenicero, para el regreso del ejército a Logroño (ancho del río 80 m)»

Llama la atención en este comentario el atribuir la titularidad del puente a Cenicero, cuando fue el Ayuntamiento de Elciego, junto con la Diputación de Alava los que sufragaron los gastos; aparte del adelanto del dinero de la expropiación de los terrenos hasta la estación del ferrocarril de Cenicero.

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La Fuente en la Década de los años 50

La Fuente con el Abrevadero a finales de la década de los años cincuenta. La foto está cedida por Andrés Díez Del Río y en ella aparece su madre Juani Del Río. La obra se hizo en 1867 bajo un proyecto de Ricardo Bellsolá Bayo quién no quiso cobrar nada al pueblo por este proyecto de Fuente, Abrevadero para animales y Lavadero municipal. Debemos estar siempre agradecidos a Don Ricardo quien aparte de este proyecto hizo el puente del Ebro cuando se lo llevó la riada y también hizo la bodega más primitiva del Marqués de Riscal.

Más fotos antiguas en

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Puente sobre el Río Ebro en Elciego

Bonita foto del Puente del Ebro, uno de los grandes legados del ingeniero Ricardo Bellsolá, persona que demostró mucho cariño por Elciego.  Foto realizada a finales de la década de los años 50, en un amanecer y con crecida del caudal. La foto está cedida por Andrés Díez Del Río, al que agradecemos todo el material que nos va facilitando de su padre.

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