1797. El necesario arreglo del tejado de la ermita de San Vicente

San Vicente ermitaren konponketa garrantzitsuenetariko bat, 1797.ean egin zen, hain zegoen zahakitua, hondamen mehatxuan zegoela.

Arreglo del tejado y fortalecimiento de las paredes realizado en 1983

En 1796, el obispo de Calahorra y La Calzada,  Don Francisco Mateo Aguiriano Gómez, realiza una visita oficial a la Parroquia de Elciego. Ensalza la obra  concluida hace cinco años de la Nueva Sacristía, las mejoras ornamentales en el interior de la Iglesia y la buena administración de los diezmos, primicias y censos de la Fábrica de la Iglesia. Es una de sus Iglesias más solventes del Obispado, pero también es consciente de las tiranteces entre los estamentos civil y eclesiástico de la Villa y de la lucha interna entre los propios clérigos y beneficiados.  Son años de buenas cosechas y eso debe reflejarse en el ornato del templo. Todo normal y bajo guión en esta primera parte de la Visita, con consejos de mejora en multitud de detalles del interior del templo. La Fábrica puede permitirse esas mejoras.

   Donde manifiesta su enfado y exhibe su poder es en la visita que al día siguiente realiza a las ermitas; principalmente en las de la Santa Cruz y en la de San Vicente. La primera la encuentra en un estado deplorable y la segunda sin tejavana y con una estructura bastante maltratada. Su enfado le llevó a prohibir se celebre en ella el Santo Sacrificio de la Misa y ordenó a las personas encargadas de su conservación que en seis meses la reparasen. En caso contrario, que se proceda a la demolición y que se ponga una cruz en su lugar al haber sido un lugar sagrado. La orden, por supuesto, llevaba pena de 20 ducados a los responsables y con apercibimiento que en Derecho hubiera lugar. La situación no admitía excusas.

   Los arreglos y apaños que los años anteriores habían encargado a los carpinteros locales Pedro Manzanos, Domingo Ruiz de Escudero y Ramiro Besga fueron insuficientes para resolver la gravedad que amenazaba ruina en toda la estructura del tejado.

  La patrona de la ermita era la propia Fábrica de la Iglesia, por lo que ésta comisionó a Don Francisco Antonio Sáenz de Olano, como cura de la Parroquia y a Don Joseph San Juan Bonilla, como Mayordomo Secular, a gestionar los trabajos de la recomposición de la bóveda y de lo que fuera necesario para dar solidez y seguridad a la ermita.  El trabajo no era sencillo, puesto que no había que reconstruir sólo el tejado, sino también la pared de la parte Este y más componendas necesarias para que el edificio pudiera permanecer en pie y con la decencia para poder celebrar dentro de él los oficios religiosos.

   En verano de 1797 se colocan carteles en los lugares habituales y en los pueblos limítrofes en busca de un Maestro de Obras que acometiera la reforma. A mitad de octubre de ese año se oficia el remate público, al que se presentaron diversas posturas. Finalmente se adjudica la obra a Pablo Zapata, morador en la Villa, “por ser la más útil y ventajosa” de todas las propuestas que se presentaron. Le ayudaría en su ejecución otro carpintero morador en la Villa de nombre Manuel de Aguirre. La cantidad fue de 1.660 reales. Cantidad que no incluía los materiales necesarios para la reforma: maderaje, ladrillos, tejas,…

Como era costumbre en estos contratos, los pagos se fueron realizando por partes: principio, medio y final.

 La obra tenía que estar terminada en seis meses.

Las Condiciones que se establecieron  en el contrato fueron las siguientes:

1.- Desarmar el tejado y volver a armarlo sobre tres tijeras y a cuatro aguas. Se levantarán las paredes y su pórtico dos pies con buena mampostería, con cal y arena, las esquinas labradas a picón y con el mismo grueso que tenían las paredes antiguas.

2.- El desplomo que tiene la pared  que mira al Oriente, se deshará y formará de nuevo y se repararán los quebrantos y agujeros que tenga la ermita y su pórtico

3.-“Para hacer el embovedado se colocarán dos cadenas, a una altura proporcionada (a lo menos de doce pies y medio) que cortará el largo de ella en tres tramos y sobre ellas se pondrán los cuartones regateados según arte, con canelador, a la distancia regular uno de otro, cepillándolos por tres lados y lo mismo las cadenas.”

4.- “Que diez pies delante del sitio donde ahora se halla el retablo, se atajará el largo de dicha ermita con un tabique de ladrillo de media asta, dejando dos entradas en los extremos con sus marcos bien trabajados que tendrán siete pies de alto y cuatro de ancho y con rebajos para poner puertas en ellos

5.-“Entre las dos entradas del tabique, se hará una mesa de altar de sillería, labrada a picón, bien horizontada con su nicho para poner la Ara. Tendrá de largo y ancho lo que se juzgue necesario para celebrar con comodidad y sobre dicha mesa se armará el retablo, que será de cuenta del Maestro, como también el desarmarlo

6.- Delante de la mesa de Altar a una distancia proporcionada se hará una grada de una pared a otra.Tendrá seis onzas de altura.

7. En la pared del mediodía se abrirán dos ventanas de tres pies de alto y pie y medio de ancho, a una altura proporcionada, cerrando si fuere necesario las antiguas. Serán de sillería, con rejas, que quedan de cuenta de la Iglesia y con sus mochetas para poner marcos.

8.- Todo el interior se lucirá con yeso enfoscando antes todas las faltas que tenga. Exteriormente ” se chinarán y revocarán las juntas de las paredes de ella y su pórtico con cal y arena, jarreando de lo mismo y lineando el interior de éste

9.- El piso se compondrá y ladrillará donde hubiere necesidad

10—Todo el material perteneciente a la cantería y necesario para la composición de dicha ermita, como también el agua necesaria para toda la obra serán de cuenta y obligación del maestro, sin que la Iglesia tenga la menor parte en ello. Los demás materiales serán de cuenta de la Iglesia.

11.- Es condición que se dará concluida toda la obra para el día primero de marzo del año de setecientos noventa y ocho y se entregará el importe de ella al Maestro ejecutor en tres plazos, al principio, medio y fin, después del reconocimiento de Maestros o Maestros peritos que se nombrarán por las partes, con tercero en caso de discordia

12.-Es condición que todos los despojos de dicha ermita (a excepción del material nuevo) ha de ser para el enunciado Pablo Zabala, sin reservar cosa alguna de maderas ni otras cosas.

   En el contrato no entraban los materiales a emplear, éstos fueron sufragados por la propia Fábrica de la Iglesia.

   Las  maderas se trajeron de Pipaón y costaron 1.137 reales. Fueron 167 cabrios, 15 sopandas, 9 soleras, 1 viga de 23 pies y medio y 19 “alanes de 7 pies ajustados a careta”. Posteriormente hubo que comprar a Joseph Ruiz Samaniego, vecino de Pipaón, otros 14 cabrios que importaron 63 reales.

   Otro gasto importante fue el yeso comprado en Azofra a Lorenzo Corcuera. Fueron necesarias 99 fanegas de yeso que importaron 544 rs y 17 mvs.

   La tablilla para el tejado se trajo de Obécuri y se le compró a Francisco Martínez. Fueron 24 estados de tabla para tejado, que importaron 380 rs.

   La cal, otro componente básico para los trabajos de cantería y albañilería, se la compraron al vecino Antonio Blanco. Fueron 100 fanegas que importaron la cantidad de 400 rs. Posteriormente hubo que hacer más compra de cal, 300 ladrillos y “ una fanega de cal para dos sepulturas”, que todo importó 259 rs. Facturado por el mismo Antonio Blanco

El arreglo de la pared tuvo un incremento de 400 rs más, debido a que se vio conveniente realizar más arreglo que el que inicialmente estaba pensado.

De la tejera de la Villa hubo que traer 570 tejas y 3.350 ladrillos, que importaron 570 reales.

Finalmente hubo que pintar y dorar el retablo; trabajo que se le encargó al maestro pintor y dorador asentado en la Villa Matías Garrido, que importaron 340 reales.

Una obra iniciada en 1660 reales para los trabajos de albañilería y que sumados los materiales que hubo que comprar se elevó todo a la cantidad de 5.300 reales.

Una vez más, podemos contar con esta documentación tan detallada por la ayuda impagable que nos prestó Don Tomás Ruiz de Eguílaz, “alma mater” para realizar la reforma que se hizo a finales del siglo XX. Puede resultar un tanto pesada la reproducción de las facturas de la obra; pero pensamos que son documentos muy importantes para que permanezcan entre nosotros.

Interior del templo antes de acometer la reforma de 1983

Ciento ochenta y seis años más tarde, en 1983, se rehízo completamente el tejado y se fortalecieron las paredes por el deterioro que había sufrido por el transcurrir de os años y las inclemencias del tiempo al estar ubicada en un lugar tan poco protegido. Una obra que los Hermanos Izquierdo, muy vinculados con la Ermita y la Cofradía, realizaron con profesionalidad, mimo y esmero.

Panorámica de alrededores de Elciego. 1960

Fotografía panorámica de alrededores de Elciego del final de la década de los años 50. La foto está cedida por Andrés Díez Del Río. Es curioso ver las piezas de cereal, casi en predomino de superficie sobre la vid. En cincuenta años cómo ha cambiado la agricultura a un monocultivo de la vid.

http://www.flickr.com/photos/60720621@N03/6857811506/in/photostream

CONSTRUCCION DE LA PARROQUIA DE SAN ANDRES

  Artículo publicado en el Programa de Fiestas de Elciego de 2010

A inicios del siglo XVI se vive una etapa de tranquilidad social y económica en toda la zona de Rioja Alavesa. Los anteriores conflictos fronterizos dejaron paso a una estabilidad general donde las energías y la mano de obra se utiliza más en la producción que en la defensa territorial. Es el siglo donde se inician las construcciones de los nuevos templos de la zona. Otros movimientos sociales como la inmigración, el contacto con el Camino de Santiago y el establecimiento de monjes en la zona contribuyen a esta dotación de templos religiosos en la comarca. Tampoco podemos olvidar el motor que supuso la religión entre nuestros antepasados. La necesidad de templos para sus liturgias, la involucración económica y personal en las nuevas construcciones y la trascendencia del fenómeno religioso en la vida de las personas, empujó sobremanera la erección de estos suntuosos templos. La Iglesia, a través de sus diezmos y primicias, era la  principal “productora” agrícola de cada población…………..

 http://www.slideshare.net/elciegohistorico/construccin-de-la-parroquia-de-san-andrs-de-elciego«

Fiesta de San Vicente

El último sábado de agosto de cada año, la Cofradía de San Vicente invita a toda la población de Elciego a participar en la fiesta celebrada en la ermita del santo. Una ermita donde hubo un asentamiento de población tan antiguo como los propios orígenes del propio pueblo. Una ermita presente siempre en toda la historia local. Una ermita vinculada siempre a la parroquia gestionada por la Cofradía. La hermandad, actualmente de San Vicente y hasta hace poco más de cien años bajo el nombre de San Sebastián, sigue manteniendo la costumbre de acercarnos a esa bonita colina, honrar al santo, celebrar un día de hermandad y recordar parte de nuestra historia.
Desde hace cinco años hemos querido contribuir a esta fiesta proyectando en el interior de la ermita este trabajo que nos recuerda el transcurrir de una parte de nuestra historia. Para los que no pueden acudir, para los que desde lejos siguen con su corazón y pensamiento los aconteceres de nuestro pueblo y para cualquier persona que quiere acercarse a nosotros, ofrecemos aquí esta aportación.