1822.- Curiosa práctica de curar una pleuresía por el cirujano Fausto Aceña

Bitxia benetan, 1819ko Fausto Aceña zirujauaren sendabidea. Gaur egun harritzen gaituenak, baina gaixoa sendatu zutenak

En la Revista “Décadas de medico-quirúrgicas” se divulgaban entre los profesionales de la medicina las prácticas más exitosas y también las más novedosas. En una edición de 1822 encontramos un artículo curioso e interesante de la práctica real que el cirujano local Fausto Aceña realizó a un paciente de Cenicero. Leída dos siglos más tarde, causa en nuestra mente curiosidad y estupor.

Fausto Aceña aparece en nuestro pueblo en 1814 atendiendo un parto de una hija natural de CC, moza soltera.   El 10 de Junio de 1820 se le hizo el último contrato en el que intervenían, aparte de las autoridades locales, el cabildo eclesiástico por un espacio de nueve años. El cirujano también era el afeitador de la población y cobraba cuota por cada vecino morador que no fuera pobre.

Fausto Aceña, junto con el médico Lorenzo Bayo, el organista Luis Fraylia y el boticario Aniceto Bañares, fueron cesados de sus cargos en 1823 por “no estar adornados de las más bellas cualidades en la causa de la Religión y libertad de nuestro Católico Monarca”. Falleció en 1830 en Elciego.

La descripción de cómo curo con sus prácticas a un vecino de Cenicero de una pleuresía, la describió de esta manera:

 

Señores editores de las Décadas médico-quirúrgicas; sírvanse ustedes si gustan, o si es de algún mérito para la humanidad doliente, insertar en su periódico lo que remito a ustedes. Elciego 6 de julio de 1822

 

Manuel Resa, vecino de la villa de Cenicero, de edad de veinte y cuatro años, temperamento sanguíneo y robusto, de oficio labrador, casado, fue acometido a principios del mes de octubre del año de 1819 de una pleuresía con un dolor muy vivo a la tetilla izquierda y hombro del mismo lado; aunque ésta fue socorrida prontamente con los auxilios de sangrías repetidas, bebidas sudoríficas y atemperantes, vegigatorios al lado del dolor repetidos, siguió muy lentamente para supuración con una calentura lenta; a los treinta días de su indisposición fui llamado para visitarlo; le hallé en un estado deplorable, el pulso lento y débil, muy estenuado, sudores continuados; de cuando en cuando lipotimias. No podía estar sino sentado con muchas almohadas a la espalda; en una palabra, el enfermo había recibido todos los auxilios de la Iglesia; estaba a las puertas de la muerte. Conociendo por los síntomas que llevo dichos arriba que había supuración en el pecho, me determiné a hacer la operación del empiema por no abandonar al enfermo a una muerte cierta.

Pasé a ejecutarla por vía ordinaria; extraje de pus tres cuartillos y algo más; curé al enfermo, introduciendo en la herida una vendita de lienzo en forma de sedal, que es preferible a una planchuela de hilas; ésta se opone a la salida de los materiales, y a veces produce inflamación y algunas las caries de las costillas; encima apliqué dos compresas graduadas empapadas en tintura de quina alcanforada, y un vendaje de cuerpo con su escapulario; inmediatamente que practiqué todo esto, di al enfermo un cortadillo de vino rancio con dos bizcochos; le prescribí una dieta tenue y corroborante; la tintura de quina con el espíritu de canela y jarabe de cidra, cuatro veces por día. Pasados dos horas de la operación pasé a ver a mi enfermo, y lo hallé animoso; las lipotimias, sudores y ansiedad, y demás síntomas que se presentaban antes de la operación, habían cedido mucho por la noche; mandé le diesen medio vasito de horchata con media onza de jarabe meconio, con el fin de que descansase alguna cosa; hacía días que tenía vigilia; encargué al enfermo que se echase del lado de la operación; pasé al día siguiente a curar mi enfermo, lo hallé más animoso y me dijo que había descansado algunos ratos; los síntomas de lipotimia y sudores habían desaparecido; la ansiedad era muy poca. Pasé a curarlo; hallé las sábanas y apósitos llenos de materiales; se siguió con el mismo método que el día anterior. Lee el resto de esta entrada »

Gerónimo Bañares Guinea

Argazki hau XIXgarren mendekoa da. Eskerrak ematen diegu Bañares Senidei.

Gerónimo Bañares Guinea nació en Elciego el 30 de setiembre de 1850. Uno de los ocho hijos de un personaje importante en la política alavesa de esta segunda mitad del siglo XIX, José Ramón Bañares Barraicoa, quien contrajo matrimonio en Elciego con Tomasa Guinea Montoya.

Gerónimo Bañares matrimonió en Elciego el 13 de marzo de 1872 con Sabina Pérez del Val, natural de Pedroso.

Falleció joven, con 35 años, un 25 de abril de 1885.

Agradecemos una vez más a la familia Bañares el ofrecimiento de esta documentación que nos ayuda a enriquecer el patrimonio cultural e histórico de Elciego

1886 La definición de Elciego en el Diccionario de Juan Mariana

Marianak egindako liburuan, behin eta berriro Eltziego agertzen da ardoa duela garrantzi handikoa.

Portada

Ha llegado a nuestras manos un curioso libro fechado en 1886 y titulado «Diccionario geográfico, estadístico, municipal de España» realizado por Juan Mariana y Sanz, en el que se catalogan los distintos municipios. Libro

En lo referente a Elciego se aporta que 399 vecinos y 1.283 habitantes, distando a 44 kilómetros de la capital,  En su infraestructura cuenta con dos escuelas públicas, carretera provincial y un párroco perteneciente a la diócesis de Vitoria.

En cuanto a la producción, trigo, centeno, cebada, aceite » y sobre todo vino». Recalcando también en esta ocasión el predominio de la vid sobre otro producto agrícola. En lo referente a industria «fábricas de aguardiente».

Definición

1874 La última reconstrucción del Puente del Ebro de Elciego

Asko kostatu zait lan hau amaitzea; bainan merezi izan du. Hor geratzen da dokumentazio zehatza eta oso gutxi ezaguna.

  Dos puentes se hicieron sobre el río Ebro, uno en la década de 1860 y otro en siguiente década tras llevarselo la riada el 12 de enero de 1871. Dos puentes pagados a medias entre Diputación y el Ayuntamiento de Elciego que dejaron las arcas locales vaciadas; pero que proporcionaron al pueblo y a la zona un nuevo mercado a los vinos a través del ferrocarril.

Una guerra civil entre llamados carlistas y liberales truncó con la voladura de un arco del puente a cargo del Ejército del Norte, todas las esperanzas e ilusiones de la población de Elciego un 1 de diciembre de 1873.

La reconstrucción del puente, la gran obra civil de la segunda mitad del XIX, fue un nuevo esfuerzo titánico de nuestros antepasados, nuestras autoridades y de una persona siempre querida y a veces olvidada: Ricardo Bellsolá Bayo.

Dejamos aquí una crónica de los acontecimientos y un trabajo minucioso para enriquecer el patrimonio histórico de nuestro pueblo.

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https://www.slideshare.net/elciegohistorico/slideshelf

LA ULTIMA RECONSTRUCCION DEL PUENTE SOBRE EL RIO EBRO EN

ELCIEGO  (1874-1875)

Jesús Fernández Ibáñez

1.- Introducción

Al comienzo de la década de 1860 la construcción de un puente  que comunicara con la reciente construida red ferroviaria,  estuvo muy presente en nuestras autoridades locales. Tener comunicación con esa vía, suponía un gran paso para la comercialización de los vinos. Por eso el interés de que la propia vía Castejón-Bilbao pudiera tener su trazado por el sur de Alava, estuvo presente en las autoridades provinciales .Cuando se conoció definitivamente el trazado y supieron con certeza de que en Cenicero se iba a construir una estación, la idea de construir un puente sobre el río Ebro se convirtió ya en una necesidad. El Ayuntamiento de Elciego se puso en contacto con Diputación y el Arquitecto Provincial Pantaleón Iradier, y se diseñó un puente que salió a remate en enero de 1863 por 762.900 reales.  La construcción fue financiada a partes iguales por el Ayuntamiento de Elciego y la Diputación alavesa, teniendo un coste total de 223.793 reales y 24 céntimos – Tras varios meses de retrasos en pagos y otras dificultades, se inauguró el 8 de julio de 1867. Lee el resto de esta entrada »

1828 El Viaje por Vitoria del rey Fernando VII

Fernando VII oso errege ospetsua izan zen. Bere bizitzari buruz idaketa ugari daude.

1828 documento

Sobre el monarca Fernando VII, apodado “El Deseado”, se han vertido multitud de escritos referentes tanto a su peculiar personalidad como a los avatares y etapas que ocurrieron bajo su mandato.

En 1828 realizó el segundo viaje por todo su reinado peninsular con mucha respuesta por parte de la población. Tanto por Cataluña como por el País Vasco, dos zonas donde la rebelión había tenido su fuerza, fueron puntos importantes en su viaje triunfal. Por el País Vasco inicia el recorrido por Navarra y entra en Vitoria el 26 de junio, precedido de una preparación en toda la provincia para su recibimiento y aclamación. Para ello se arreglaron las carreteras por donde debía transcurrir la comitiva, se hermosearon las fachadas y muy en particular el teatro y la Plaza Nueva, donde se acomodó la parte oriental para una función de toros y la occidental para los fuegos artificiales. Todo preparado para el disfrute de los monarcas desde la propia balconada de la Plaza Nueva, donde residieron esos días.  La Provincia se sumó a los actos a través de arcos y glorietas engalanadas y con una presencia de 21 Batallones armados de la Provincia que supusieron entre tres mil y cuatro mil hombres.Recibimiento Reyes

Uno de estos Batallones se desplazó desde Elciego al mando de los sargentos primeros locales Isidoro Laorden y Felipe Besga. El Ayuntamiento abonó  242 reales. 170 reales  que costaron los desplazamientos de los voluntarios con el nombre de “Compañía de Graneros”, quienes hicieron reposo en Peñacerrada antes de acudir a Vitoria. Y otros 72 reales se gastaron en festejos en la villa el día de San Fernando “en obsequio de nuestro Soberano”.

(Documentación del Archivo Histórico Provincial de Alava DH 241-4)

Pantaleón Ramírez Martínez de Villarreal

Txus Ramírez de Olanok utzitako argazkia, Eltziegoko zaharrenetariko bat da.

Pantaleón Ramírez Mtz de V

Agradecemos a Txus Ramírez de Olano la aportación de esta fotografía de su bisabuelo al blog. Es una de las más antiguas que se conservan ya que está datada en torno a 1860.

Pantaleón Ramírez Martínez de Villarreal, nació en Elciego el 27 de Julio de 1825. Hijo de  José Antonio Ramírez Amestoy y de Cesárea Martínez de Villarreal Fernández de Urbina, pertenecía a una familia, los Ramírez,  que durante más de dos siglos han ocupado escribanías en nuestra villa.

Contrae matrimonio con Natalia Sáenz de Olano, el 5 de septiembre de 1850 en la Parroquia de San Andrés Apóstol, y pronto se incorporan a la familia los dos vástagos:  Eliodoro Ramírez Sáenz de Olano ( nacido el 3 de julio de 1851) y Flabiana Demetria Jesús Ramírez Sáenz de Olano (nacida el 23 de diciembre de 1854). Familia que muy pronto pierde a la madre, el 12 de mayo de 1855 fruto de una de las epidemias más trágicas del XIX: el cólera.

Precisamente en 1855 Pantaleón Ramírez era Alcalde de Elciego cuando acosó esta epidemia a toda la Península. El mismo sufrió la temida infección y escribió una carta al periódico La España desmintiendo el alarmismo de las malas consecuencias, mortandad y emigración, que esta epidemia estaba ocasionando en nuestro pueblo.     Noticia

   Periódico

 

 

 

 

Señor Director de La España

Muy señor mío y de todo mi aprecio: Con esta fecha dirijo al León Español el comunicado siguiente:

Con la mayor sorpresa he visto en un artículo de su periódico, número 203, correspondiente al día 3 del actual asegurarse que en la Rioja Alavesa está haciendo estragos el cólera; que en este pueblo de Elciego han muerto en 20 días de 80 a 90 personas, y que han emigrado dos terceras partes de la población incluso el alcalde. Como que el contexto del artículo puede lastimar en cierto modo mi honor y delicadeza, como alcalde que soy de dicho pueblo, no puedo menos de dirigirme a Vd haciéndole ver la inexactitud de la mayor parte de los extremos que comprende. Es muy cierto que en esta villa habrán sido atacadas unas 300 personas; pero sólo han sucumbido 38 entre adultos y párvulos; las personas emigradas no han pasado de 70, constando el pueblo de 1.200 almas. Yo, como alcalde, he tenido mi residencia fija en el pueblo; pues si bien no he ejercido las funciones de tal en los días de más calamidad, ha sido por haber cabido a mi esposa la desgraciada suerte de ser una de las víctimas, y yo uno de los atacados. NO se crea por esto que ha habido abandono con los enfermos, ni desatendidos los pobres, porque se tomaron medidas eficaces y se proporcionaron fondos para socorrerlos.Artículo

El teniente alcalde Don Pedro Navarrete ha estado a la cabeza del ayuntamiento y Junta de Sanidad, y todos juntamente con los facultativos y clero parroquial han desplegado el mayor celo en favor de la humanidad doliente, causa porque, unido al acierto de los profesores que con tan buen éxito han sabido combatir la epidemia haciéndose acreedores a los mayores elogios, ha resultado que solo ha muerto poco más de uno por cada diez de los invadidos, lo que podrá decirse de pocos pueblos, o acaso de ninguno en que la epidemia se haya presentado con la intensidad que en éste.

En su consecuencia, espero tendrá Vd. la bondad de insertarlo en su apreciable periódico, deshaciendo así la inexactitud que ha padecido su corresponsal de Logroño.

Es de Vd su atento y seguro servidos Q.B.S.M. Pantaleón Ramírez

Elciego 7 de julio de 1855”

Fue Alcalde de Elciego entre 1855 y 1858, promoviendo uno de los asuntos que continuamente estuvo en documentación del consistorio en el XIX: la constitución de Hermandad independientemente de la de Laguardia. La petición la realizaba el 30 de enero de 1857, al Diputado General Pedro de Varona Salazar, por la que le solicitaba que le remitiera una copia del expediente que se formó en 1818 con la pretensión de la villa de Elciego de erigirse en una Hermandad independiente de la de Laguardia. Fue insistente en la petición a las Juntas Generales sobre la constitución de la Hermandad, asunto que siguió durante varios años en los debates de los Diputados y Junteros.solicitud

No fue larga la vida de Pantaleón, ya que el 21 de agosto de 1862 falleció tras cumplir los 37 años dejando a sus hijos de 11 y 8 años. Esta preocupación  por sus vástagos la dejó reflejada en el testamento que hizo el 13 de marzo de 1862 ante el escribano Manuel de Blas Navaz, en el que deja como tutores y curadores a su padre José Antonio Ramírez y a su cuñado Fernando Sáenz de Olano.Testamento

Navaz

 

 

 

 

La fotografía del protagonista está realizada en Vitoria C/ San Antonio Pral. Nº 21.

Fotografo de Vitoria