Emakumea Ardogintzan – La Mujer en la Cultura del

Modernizazioarekin, lan-fisikoak leuntzen joan dira hamarkadetan zehar eta horrek, tartea utzi dio ardogintza prozesuan, emakumeari.

Cartel anunciador de la Exposición

El 26 de noviembre se presentó la Exposición titulada «Emakumea Ardogintzan- La mujer en la Cultura del vino». Una muestra en 20 grandes paneles que recorren distintos aspectos de la cultura tradicional vitivinícola en la Villa de Elciego con participación femenina. Un recorrido de más de 400 años contextualizados en una de las villas más emblemáticas e histórcias del vino riojano.

Los nombres que aquí aparecen pertenecen a aquellas mujeres que han dejado su presencia en las fuentes documentales. La gran masa de mujeres anónimas, demandantes de jornales y salarios para la subsistencia de ellas y de sus familias, que han trabajado silenciosa y humildemente en los viñedos y en las elaboraciones de vinos, espirituosos, arrope, mostillo, uvas pasas…..Lo que hoy llamamos «cultura del vino», no ha sido un territorio exclusivamente masculino.

Hasta la tercera parte del siglo XIX los trabajos de los viñedos y de la vinificación no sufrieron variación desde muchos siglos anteriores. Todo era manual y necesitado de fuerza humana, por lo que la presencia femenina estaba más reducida a trabajos de intendencia, espergura, vendimia y ayuda en la vinificación.

Con las nuevas bodegas al estilo francés, la industrialización de la producción y la utilización de la fuerza animal en los viñedos, se crearon nuevas ocupaciones como la comercialización del vino en botellas, etiquetadas y preparadas para un comercio más detallado. Por el contrario, las pequeñas propiedades continuaron varias décadas reproduciendo lo aprendido de sus antepasados.

Desde la década de 1980 asistimos a una modernización acelerada del trabajo en los viñedos, donde el uso de la fuerza humana y animal ha dejado paso a maquinarias más sofisticadas, y más notable aún en la vinificación y la comercialización. Laboratorios para analizar los vinos, administración de las empresas, diseño en los etiquetados y envases, propaganda de los vinos, comercialización especializada, enoturismo… junto con una socialización del consumo del vino en lugares públicos y privados, han borrado las ideas tradicionales de que la cultura vinícola tiene un rostro masculino.

La presentación corrió a cargo de Arturo Azpeitia (Presidente de la Fundación Juan Celaya Letamendi), Luis Aldazábal ( Alcalde de Elciego), Gorka Basterretxea ( Comisario de la Exposición) y los tres artífices de los carteles: Mintxo Cemillán ( diseño y dibujos), Jone Agirregomezkorta ( euskera) y Jesús Fernández Ibáñez ( guión y textos).

   La Exposición tiene una vertiente pedagógica muy tilizable como unidad didáctica para profundizar en la cultura tradicional del vino en Rioja Alavesa y el protagonismo de la mujer en todo este recorrido.

En este enlace se pueden ver los veinte paneles, además del de la presentación y del programa de mano que se distribuyó.

¡¡¡Disfruta !!! https://es.calameo.com/read/000047119877367eddc5d

  

  

  

EL AFORO O LA CALACIÓN DE LOS VINOS

«Kalazioa» edo «ardoen edukiera» ekoizten ziren ardoak neurtzeko sistema tradizionala zen. 1836 arte Eliza zen ardoa banatzeko bere kalazioak egiten zituena. Data horretatik aurrera, Udalak kontrolatzen du herriko ardogintza, eta zergak ezartzen dizkio ekoizpenari.

  El “aforo” o la “calación” de los vinos es el registro oficial de la cantidad de vino que hay en un lugar.  El acto de aforar un vino ha sido un rito muy respetado con sus normas y su liturgia. Es un acto colectivo, socializado, en el que una persona mide el vino con el cántaro oficial, otra persona anota en un papel las veces que se ha llenado ese cántaro y otras personas actúan de testigos. El riguroso silencio para evitar equívocos en los apuntes dejaba escuchar con plenitud y armonía el golpe del vino en el nuevo recipiente, así como a las personas que voceaban el vaciado y el apunte en la cuenta. Imaginamos también que la luz de unos candiles en la profundidad del “calao”, aportarían más majestuosidad al acto.

   Hasta 1836 hay muy poco registro civil de la cantidad de vino producido por los cosecheros cada año. Más bien son documentos relacionados con alguna obra para la que se grava la producción de uva o un impuesto a la venta del vino. Los datos de la segunda parte de la década de 1760 para gravar con 2 maravedíes el azumbre de vino, para la construcción del camino carreteril de Vitoria a Laguardia, llevarían consigo unas mediciones oficiales de la producción de cada cosechero para definir qué cantidad debe pagar cada uno. Pero de esas mediciones concretas no disponemos de documentación.

  Hasta 1836 toda la documentación que conocemos de aforo de los vinos está amparada en los registros eclesiásticos de la Parroquia. Los Diezmos y Primicias fueron los que sustentaron las obras, ornato y Cabildo de la Parroquia hasta esta fecha. La Iglesia, en este caso la Fábrica de la Iglesia (con un mayordomo eclesiástico y otro secular) llevaba un riguroso registro de los productos diezmados. Principalmente de la uva, que suponía aproximadamente el 70 % del valor de todo lo recogido.

  En estos mismos registros de la Parroquía aparece en estos documentos el título de “Tazmía”, que no era propiamente el acto del aforo, sino el registro de los productos que se diezmaban y luego se repartían entre los Beneficiados, la propia Fábrica de la Iglesia y en sucesivas etapas una parte recibía el propio Obispado.

 

 

Los aforos civil del XIX y en años sucesivos no van a llevar el ritual completo, ya que lo que se hacía era un apunte sobre las cubas que había en la bodega, junto con “la velez” de las mismas y se hacía la cuenta de las cántaras en total que había cosechado ese propietario o propietaria.

A través de un bando el Ayuntamiento anunciaba los días que se celebrarían los aforos, para lo que solicitaba que se tuvieran abiertas las puertas de las bodegas.

  Aportamos a este pequeño artículo fotografías de portadas de estos registros, de cómo establecían un apunte con lectura fácil en el reparto de los vino. Sumando todas estas cantidades particulares salía la cantidad de vino que se producía en la Villa.

1836-1849
1850-1874
1875-1889

Aportamos las gráficas sobre los datos del siglo XIX. Se puede observar los grandes vacíos ocasionados por las Guerras Carlistas, el Cólera o el Mildiu.  Una producción vinícola dependiente de muchos factores y que llegaba en varios años a superar las 120.000 cántaras de producción.

El siglo XX trajo otro parámetro que alteraba el registro de los datos. Era la de la introducción del vino foráneo. Éste ocasionará la necesidad de otro registro y un tratamiento impositivo distinto.

Hemos traído este detalle curioso de un registro en el que nos hace pensar que la pesadumbre del acto llevó al notario a paliar el aburrimiento ornamentando el propio documento.

«»Memorias de un Maestro Bodeguero»

27 urtez Arabar Errioxan bizi ostean, Jean Pineauk bere eleberri-memorietan XIX.mendeko 2.zatian ardoaren arloan izandako aldaketak adierazten dizkigu. Honako honek, Errioxar ardo modernoaren sorrera azaltzen digu.

El 30 de Agosto de 2018 presentamos el libro “Memorias de un Maestro Bodeguero” en la Sala de Cultura de Elciego.

El libro, extenso en páginas (910) y distribuido en 107 capítulos, va desgranando cronológicamente los 27 años que Jean Pineau vivió en nuestra zona.  Desde 1862 a 1868 en el proyecto llamado “Médoc Alavés” y desde 1868 hasta 1889 llevando las riendas de la bodega de corte moderno que el Marqués de Riscal construyó en Elciego.

El personaje Pineau y el vino son el hilo conductor de todos los aspectos que se van desgranando en estos años tan importantes del moderno vino riojano en estas memorias noveladas.

El estilo de memorias noveladas es una excusa literaria para aportarnos multitud de datos históricos, vocabulario, refranes,…que facilitan la lectura y el acercamiento al conocimiento del moderno vino riojano y a la fundación de la bodega del Marqués de Riscal.

Pasadas dos semanas largas recibí un regalo, inesperado y muy entrañable. Jürgen Lange, profesor de alemán en la Escuela de Idiomas de Durango y doctorado en historia por la Universidad de Siegen (Alemania) con la tesis «Economía rural tradicional en un valle vasco – sobre el desarrollo de estructuras mercantiles en Zeberio en el siglo XVIII«, me escribió un correo en el que me regalaba una reseña del libro en agradecimiento a las cosas que había aprendido con su lectura.

Aparte de ser un regalo entrañable, es también una visión argumentada tras la lectura de este libro propia de una persona con sólida formación académica que se acerca con curiosidad al mundo del vino. Por su interés, la reproducimos también en este blog.

Jesús Fernández Ibáñez: “MEMORIAS DE UN MAESTRO BODEGUERO”

Jean Pineau Forteau (Blanquefort 1822-Elciego 1889), Maestro de Cueva del Marqués de Riscal

Editorial Círculo Rojo, 2018.

 

Las memorias de un maestro bodeguero son la historia de un enólogo francés de Burdeos, Jean Pineau Forteau, quien fue contratado por la Diputación de Álava en 1862 para enseñar a los cosecheros de la Rioja Alavesa sus conocimientos de la refinación de los vinos. Seis años más tarde, en 1868, la Diputación finiquita el contrato y a partir de entonces hasta su muerte en 1889 trabaja para las bodegas Marqués de Riscal.

Menudo trabajo que le deparó al maestro bodeguero. El primer problema que tuvo este francés en la Rioja Alavesa fue el idioma, porque a su llegada en 1862 todavía no hablaba castellano y dependía constantemente de un intérprete. Entre los múltiples obstáculos que el maestro bodeguero tuvo que superar en su nuevo lugar de trabajo también figuraban las pesas y medidas locales, tan diferentes del sistema métrico decimal que se utilizaban en la Francia posterior a Napoleón. Cántaras y azumbres, fanegas y cargas, peonadas y obradas podían diferir de un pueblo a otro, lo que no ocurría con hectáreas, hectolitros o el kilogramo.

Sobre su andadura en Laguardia y Elciego el “mago del vino” como algunos lugareños le titulaban, la gran mayoría solo se refería a él como “el francés”, hizo apuntes en su cuaderno, en parte para justificar su sueldo al patrón, en parte como memoria particular. Parece que en verdad existe un fragmento manuscrito de Jean Pineau del cual parte Jesús Fernández. Las memorias de un maestro bodeguero son ahora el desarrollo de estos apuntes ampliados con los conocimientos históricos de Jesús Fernández y a su vez enriquecidos con acontecimientos diarios en forma de dialogo, fruto de su imaginación. En la descripción de algunos acontecimientos, en primer lugar se relatan en la voz del protagonista (cuaderno):

“Estábamos acomodando la cosecha nueva en las barricas preparadas para el efecto, cuando se me acercó un operario y me dijo que Don Fernando Amestoy, el cura, estaba en la bodega.” (626) Lee el resto de esta entrada »

La plaga del «sapo de concha» en los viñedos en los años 1824,1827 y 1830

1820-30.hamarkadan izan ziren sekulako lehorte eta txingor-ekaitzek, mahastien garapen arrunta aldatu zuten, hala nola, «sapo concha» izurriteak mahatsondo-kimuak erasotu zituen, uzta eskastuz

 

   Durante la década de 1820 a 1830 nuestros viñedos continúan con ese “estado de decadencia” y de “sobreproducción”, que tanto preocupaba a los terratenientes de la zona, a las personas ilustradas que buscaban futuro para la Rioja Alavesa y al propio Diputado General Valentín Verástegui, tal como lo hizo saber en su circular que llegó al pueblo a principios del mes de septiembre de 1829.

 

Las inclemencias de la naturaleza de esta década son dignas de resaltar, como la de 1822, que hubo tal sequía “que se secaron los río y hubo que ir al Hebro a lavar trigo y de colada” y que para el día de San Roque “se cortaban las uvas por igual maduras en todo el término, cosa jamás vista ni oída a los antiguos que en el día existían, ancianos de ochenta y cinco años”. Este adelanto en la recogida del fruto también tuvo sus dificultades porque se “debía haber dado principio el día primero del dicho septiembre y por el término de las Llanas”; pero que “por conciliar la vendimia de la Guardia y los Pueblos inmediatos se suspendió hasta el día 13”. Eran los años donde  llegó hasta la Real Chancillería de Valladolid el pleito entre Elciego contra Laguardia y Navaridas solicitando la libertad de vendimiar; puesto que los Ayuntamientos eran quienes por medio de bando autorizaban el inicio de la recogida del fruto en su jurisdicción y había muchos propietarios que tenían viñedos en las jurisdicciones de los pueblos colindantes. Esta diferencia de días en la recogida de los frutos traía pérdidas considerables, como la de este año donde el retraso de la vendimia ocasionó que “estaban en todos los términos las uvas supuradas”. Adelanto climatológico importante también fue que el día 26 de setiembre “nevó en esa sierra de la Guardia”.

 

Reseñable también fueron las tormentas con pedrisco de 1826, donde “cayeron en esta Rioja piedras de a dos libras y de a libra; de modo que en algunos pueblos echó al suelo ramas de olivo, mató varias caballerías y algunas personas”. Como consecuencia de ello la cosecha  fue más corta y “el vino de esta cosecha se principió a vender a 4 y 5 reales y subió hasta 14 rs cántara

 

Un acontecimiento singular de esta década fue la invasión de lo que llamaron “sapo de concha”. El primer conocimiento data de 1824 donde se notó por primera vez que una multitud de insectos anidaban en las viñas en el momento de brotar los pámpanos en algunos términos de la jurisdicción. “Como el daño entonces se reducía a poco término no se hizo el mayor aprecio ni llamó en general la atención del vecindario” explicaba años más tarde el Alcalde al Diputado General; pero según los datos que tenemos de las cargas que alguna familia recogió en esa década, la producción se redujo en 1/3.

Mayor preocupación causó la invasión de este “sapo de concha” en 1827, donde fue tal la plaga en los viñedos, que los propietarios reclamaron la consideración de la autoridad local ya que la presencia del sapo era generalizada en todos los viñedos de la jurisdicción y estaba haciendo daños muy grandes y generales. El Alcalde Blas Ruiz de Escudero emitió un bando exigiendo un remedio urgente y enérgico a la población por la que todos los habitantes, a partir de siete años, tendrían que salir por vereda a coger los insectos y traerlos muertos a la propia Casa Consistorial; para posteriormente quemarlos. Se recogieron diez fanegas de insectos. Eran conscientes los mandatarios locales de que ese remedio paliaba parte de la cosecha, pero que no suponía la extinción del mal. La consecuencia fue que la cosecha se resintió tanto, que se recogió la mitad que en un año normal.

 

La alarma volvió a saltar en 1830,  y el Alcalde Fausto Bañares, siguiendo la costumbre de años anteriores, dictó bando para que todos los habitantes mayores de siete años salieran a los campos y se presentasen con al menos cien sapos por primera vez, duplicando la cantidad en la siguiente vereda. El no acudir originaba una multa de 20 reales por persona. En el caso de los niños los padres eran los responsables y en el de los criados y ajustados temporeros de cava, los propios amos.

 

Aparte de esta medid,a en la que la autoridad municipal no tiene mucha confianza pero necesita hacerla, decide poner el caso en manos de la Diputación, presidida por Diego de Arriola, en un escrito que le envía con fecha del 23 de Abril. Le expone la situación vivida con este “sapo concha” en los años anteriores y que las medidas que se tomaron eran insuficientes. Suponían mucha pérdida de tiempo y abandono de las labores de cava en esta época tan necesaria de brazos en el campo. También considera que “para cuando todos los hacendados reclaman remedio, el mal está ya hecho”. Considera el Ayuntamiento que es casi imposible evitar el nacimiento y propagación de estos insectos, por lo que hay que reducir la plaga a donde se alimenten y sostengan, sin tener que acudir al fruto naciente de la uva.

 

El escrito del Ayuntamiento está lleno de coherencias y reflexiones importantes como la de que  “La riqueza a la fortuna de todo este Pueblo consiste únicamente en los productos de las viñas, los cuales desde la aparición de la plaga expresada se han minorado considerablemente siendo esta la causa principal de tal disminución, por cuyo motivo el vecindario va reduciéndose visiblemente a una lastimosa pobreza pues sosteniendo a fuerza de todo sacrificio la loable costumbre del mejor cultivo, encuentra el propietario al tiempo de la Cosecha devorado en su nacimiento lo mejor del fruto por los maléficos insectos. De aquí se origina la imposibilidad de satisfacer los impuestos públicos y aún de atender a las necesidades particulares de los mismos hacendados».

 

El Diputado General Arriola contesta con prontitud al Ayuntamiento y es consciente de que hay que buscar un remedio adecuado para su exterminación en su origen. Aprueba las acciones realizadas, pero considera que es necesario consultar con sociedades agrónomas del Reino o extranjeras para conseguir una descripción exacta del insecto en su origen hasta su desaparición. Forma una Comisión para estudiar el caso y pide al Alcalde de Elciego que le envíe algunos ejemplares de los sapos vivos para poder ayudar en su estudio y análisis.

Parece ser que uno de los factores que más está influyendo en esta plaga es la sequía que padecían los campos esa primavera; por lo que los pámpanos que brotaban en las cepas, era un alimento codiciado para los sapos al faltar vegetación abundante en los campos.

 

Para implorar lluvia, como de costumbre ancestral, se recurría a la Virgen de la Plaza con sus rogativas, salves y preces de rigor. Lo refleja el acta del Ayuntamiento del 27 de abril : “La ansiedad y extrema necesidad en que se hallan los campos y sembrados de esta villa por falta de agua y la mucha confianza que esta corporación y Pueblo tiene en María Santísima con el título de la Plaza en que conseguirá como siempre su remedio con aguas saludables a este fin..”. Las funciones se anuncian por bando, subiendo en procesión desde la Iglesia a la ermita, donde se celebró una solemne misa y se trasladó en procesión la Imagen a la Iglesia. La curiosidad de esta procesión está en que la Virgen fue “conducida en andas por cuatro individuos de los de clase alta de esta villa nombrados por dichos señores del Ayuntamiento y con palio de primera clase, que también llevaban  este, sujetos de aquella clase y de igual nombramiento de dichos señores”. La imagen de la Virgen en la Parroquia fue velada en turnos de dos horas en parejas, teniendo fijado turno los regidores, los diputados, el Procurador Síndico y el Escribano. Los turnos se irían completando sucesivamente en los demás días de la novena por la población.  Se hicieron, como era costumbre, unas rogativas con parafernalia y liturgia establecida armónicamente entre el Cabildo y el Ayuntamiento durante los nueve días con sus misas, procesiones, salves y Te Deum.

El 5 de Mayo Arriola vuelve a comunicar al Ayuntamiento de Elciego, diciéndole que mientas están estudiando la manera de extinguir la plaga, medite seriamente “ un plan que proporcione el aumento progresivo de plantíos de frutales y arbusto en los linderos de las heredades y viñas a fin de que abunde el pasto necesario para el sustento del sapo mientras exista y librar al viñedo de esta plaga destructor”

El 6 de mayo vuelve a escribir el Ayuntamiento al Diputado General reconociendo que “el sapo titulado de Concha es de existencia antigua en el término de esta villa”; pero que hasta los últimos años no ha causado daños conocidos. Se alimentaba de otras especies que había en el territorio,” pero nuestra imprudencia, nuestra inflexión, nuestro abandono lo ha destruido todo. No solamente en Elciego sino en casi todos los pueblos de la Hermandad, no han quedado arbusto, malezas, ni plantas de que se puedan alimentar, y de consiguiente las viñas serán su único recurso”. En su reflexión el Ayuntamiento propone “repoblar el Campo” ya que “no harían mal los dueños de las heredades el poner en las orillas la planta que se llama Madre selva, Pomares, Melocotones y otras que antes eran tan comunes.”.

El tema llegó hasta el Jardín Botánico de Madrid, a quien se le consulta sobre el modo de hacer desaparecer estos insectos. El Director le contesta en escrito fechado el 27 de mayo de 1820 y le define el sapo como “Cetonia Stictica”, común en Europa, “alimentándose de plantas y vegetales cuyas flores, hojas y brotes tiernos destruyen con prontitud, cuando los temporales y otras causas favorecen su asombrosa multiplicación

Está claro que esos años coincidieron una serie de factores que favorecieron la multiplicación de estos sapos, en una época en la que los productos químicos utilizados a finales del siglo era algo impensando y totalmente desconocido.

No acabó ahí la página trágica de este 1830; pues el 5 de octubre se le sacó muerta de un lago de uva a María Jesús Gamarra Cerezo , natural de Cenicero y de 60 años de edad.

 

 Un agradecimiento a los herederos de Don Julián Sáenz de Navarrete por facilitarnos la documentación que aparece en este artículo.

 

 

 

 

El inicio de la vendimia en Elciego en el siglo XIX

Datuen arabera oso herri gutxik dute ardo kultura hain errotuta. Esperientzia horrek urtez urte gai honekin erlazionatuta, ezagutza aberastea ondorioztatu du. Hauen artean, fruitua noiz jaso behar den adierazten digutenak, naturaren eragileak direla eta. Honela, mahats-bilketa hasiera batzuk oso muturrekoak izaten dira eta beste batzuk aldiz, maiztasun askorekin errepikatzen direnak.

 

A través del siglo XIX e inicios del siguiente,  quien tenía la potestad para dictaminar cuándo se comenzaba  a recoger la uva de los campos en la jurisdicción de un municipio, era el propio  Ayuntamiento.  Tras inspeccionar el grado de maduración de los frutos pendientes por un grupo de veedores nombrados por el propio consistorio, se declaraba por medio de un bando de alcaldía el día en que se podía iniciar la vendimia. Hasta entonces hasta estaba prohibida la entrada a las propiedades particulares y eran unos guardas temporeros los que custodiaban los frutos pendientes de los viñedos.

Es necesario recordar que la diferencia del inicio de la vendimia de las propiedades situadas en la ribera del Ebro con las situadas en la falda de la Sierra puede tener más de quince días. Por lo tanto la vendimia tiene sus propios ritmos dependiendo del año, de los términos y la cercanía o lejanía del río Ebro y la Sierra.

A través de un pleito con los pueblos colindantes, actas del Ayuntamiento y cuadernos de campo de la familia Sáenz de Olano, hemos podido realizar esta pequeña aportación. Traemos aquí 75 días de inicio de la vendimia desde 1815 hasta 1899. El vacío existente entre 1835 y 1842 pertenece a la primera Guerra Carlista, donde se abandonaron los cultivos debido a las incursiones de las tropas por las heredades y a la falta de brazos para el trabajo; ya que la mayoría de los mozos se alistaron en los ejércitos, donde recibían mayor salario y disfrutaban de mejor mantenimiento que en las labores del campo.  De estos 84 días, aportamos el comienzo de la vendimia en 75 de ellos; es decir el 90 %, con lo que la base de datos es muy considerable para poder sacar algunas conclusiones.

De los primeros quince años del XIX no tenemos datos; pero sí se conserva en el Archivo Municipal un interesante documento sobre el pleito que los ayuntamientos de Navaridas y Laguardia tuvieron con el de Elciego por saber quién tenía el poder de dictaminar el inicio de la vendimia en ciertos términos; independientemente del lugar de residencia de los propietarios de los viñedos. El conflicto venía ya desde finales del siglo anterior, llegando hasta la Chancillería de Valladolid. En 1818 se falla con una curiosa sentencia: se tiene presente la fecha del 8 de octubre como la más habitual para el comienzo de la vendimia en la comarca; de tal manera, que a partir de ese día, los cosecheros de Elciego podrían vendimiar en sus propiedades situadas en otras jurisdicciones, sin tener presente el bando municipal correspondiente.

A partir de 1815 la vendimia más temprana se realizó el 8 de setiembre de 1843, continuando con otra del 16 del mismo mes en 1820. Los siguientes datos nos llevan ya hasta el 23 de setiembre.

La vendimia más tardía se realizó el 21 de octubre de 1816, seguida del 20 del mismo mes en 1885 (famoso año por la plaga catastrófica del mildiu).

Toda la franja del inicio de la vendimia está entre el 23 de setiembre y el 14 de octubre.  En el primer mes se comenzó en 23 ocasiones y en octubre en 52 ocasiones.

Los días más repetidos en el inicio de la vendimia fueron el  3 de octubre ( 9 ocasiones), 4 y 6 de octubre (5 ocasiones) y el 25 de setiembre, 1, 5, 8 y 10 de octubre (4 ocasiones).

Son datos referidos al inicio de la vendimia en un pueblo concreto, Elciego, donde su amplia jurisdicción hace que la maduración del fruto de unos términos a otros lleve varios días de diferencia.  Pero también los datos tienen su gran fiabilidad porque hablamos del inicio de la vendimia en el 90 % de los años del siglo XIX, con documentaciones escritas.

Ponemos en valor el famoso dicho escuchado a nuestros mayores de que “la uva necesita días de octubre” . También nos hace reflexionar y encajar esos años ocasionales en los que por diversos factores puede haber una vendimia muy temprana o muy tardía. Todo depende del comportamiento climatológico, o ciclo de cada año, que nadie ha podido controlar. Hoy en día, con la utilización de riego artificial y de productos fitosatinarios que controlan enfermedades, alargan la vida de la masa vegetal, retienen procesos de pudrimiento del fruto,….la lectura histórica del siglo XIX con la interpretación que hacemos en el siglo XXI puede tener sus pequeñas variantes. 

Pocas poblaciones tienen una cultura del vino tan arraigada como para poder mostrar unos datos como los que aquí aportamos.La historia siempre nos enseña. Tenemos obligación de reflejarla y releerla, porque Rioja Alavesa tiene un plus en todo el tema vitivinícola: tiene historia. Y como muchas veces hemos reflejado, es el puntal de la historia del vino riojano..

Año

Septiembre Octubre
1815 1
1816 21
1817 2
1818 29
1819 25
1820 16
1821 30
1822 13
1823 6
1824 1
1825 27
1826 6
1827 29
1828 1
1829 8
1830 28
1831 5
1832 4
1833 7
1834 24
1835
1836
1837
1838
1839
1840
1841
1842
1843 8
1844 6
1845 14
1846 24
1847 4
1848 3
1849 3
1850 4
1851 6
1852 5
1853 14
1854 12
1855 16
1856 6
1857 3
1858 26
1859 3
1860 10
1861 3
1862 30
1863 29
1864 1
1865 27
1866 4
1867 26
1868 25
1869 5
1870 27
1871 28
1872 4
1873 7
1874 10
1875
1876 8
1877 3
1878 3
1879 15
1880 12
1881 28
1882 8
1883 7
1884 9
1885 20
1886 3
1887 3
1888 10
1889 11
1890 10
1891 13
1892 5
1893 23
1894 11
1895 8
1896 18
1897 25
1898
1899 25

http://blogriojaalavesa.eus/vendimia-en-elciego

1886 La definición de Elciego en el Diccionario de Juan Mariana

Marianak egindako liburuan, behin eta berriro Eltziego agertzen da ardoa duela garrantzi handikoa.

Portada

Ha llegado a nuestras manos un curioso libro fechado en 1886 y titulado «Diccionario geográfico, estadístico, municipal de España» realizado por Juan Mariana y Sanz, en el que se catalogan los distintos municipios. Libro

En lo referente a Elciego se aporta que 399 vecinos y 1.283 habitantes, distando a 44 kilómetros de la capital,  En su infraestructura cuenta con dos escuelas públicas, carretera provincial y un párroco perteneciente a la diócesis de Vitoria.

En cuanto a la producción, trigo, centeno, cebada, aceite » y sobre todo vino». Recalcando también en esta ocasión el predominio de la vid sobre otro producto agrícola. En lo referente a industria «fábricas de aguardiente».

Definición

Década de 1950.- Venta de planta para las viñas en la Plaza de la Verdura

Landare mahastiak salmenta «Plaza de la Verdura»n

venta-de-planta-en-la-plaza-de-la-verduraLa venta de barbados para luego injertar en las viñas era algo habitual de ver en la Plaza de la Verdura.Esta foto pertenece a la década de los años 1950, posiblemente ya muy avanzada por el rostro conocido que aparece en los hombres que están al lado hablando. Agustín Del Campo, vecino de Cenicero, era uno de los más habituales vendedores de planta, o barbado para luego injertar. En esta ocsaión le vemos con su carro, con ruedas de madera y llantas de hierro. Posteriormente, en la década de 1960 y también de los 70 seguía ofreciendo planta a los cosecheros. Su carro se fue modernizando en ruedas y en toldo; pero su nombre siempre estará asociado a toda esta venta ambulante.

Un agradecimiento especial a los herederos de Julián Sáenz de Navarrete, farmacéutico, que nos han proporcionado éste y otros muchos documentos.

El Caldo Cúprico Azucarado

Mahastietara sulfatoa botatzea  jarduera oso ohikoa izan da gure artean. Gaur egun ez da aurretik bezala.

León Luzeret
El sulfatar las viñas ha sido y es una de las labores necesarias en la viticultura. Esta terrible enfermedad que dejó mermadas las cosechas de nuestro pueblo en la mitad de la década de 1880, trajo como consecuencia el tratamiento de los viñedos con sulfato de cobre. Algo parecido ocurrió en la zona bordelesa, de donde se importó el remedio allí encontrado para combatir el hongo: el tratamiento de los viñedos con sulfato de cobre, popularmente denominado “caldo bordelés”.
A partir de esos años el tratamiento de los viñedos con sulfato ha sido una actividad indispensable en la viticultura. La mezcla de cal, piedra de sulfato de cobre machacada y agua, era una labor delicada y con un proceso laborioso; pero necesario para mantener los viñedos alejados de la enfermedad del mildew, “mildiu” o “mildeo” como popularmente se le conoce.
Uno de los sulfatos más novedoso, desde ya finales del XIX y muy popularizado en la primera mitad del siglo XX, era el caldo cúprico azucarado de Michel Perret. El tener un componente de melaza en la mezcla, hacía que el producto se adhiriera aún más a la hoja y permaneciera por más tiempo en la misma; siendo resistente incluso a la  lluvia.
La revista “Farmacia Moderna” editada en Madrid, en un número correspondiente a 1892 hace referencia a esta novedad: ”Hablaremos, por último, del caldo de sucrato de cobre de M. Michel Perret, recomendado por MM. Aimé Girard, Prilleux y Vilmorin; composición completamente nueva, que debiera ensayarse en todas partes, comparándola con el Caldo bordalés a pequeñas dosis
León Luzeret era un francés asentado en San Sebastián en la primera mitad del siglo XX que se dedicaba al comercio de harinas, alimentación general del ganado,….y entre esa diversa actividad, era el distribuidor del famoso Caldo Cúprico Azucarado para nuestros cosecheros. No eran muchos los que lo compraban, puesto que el precio era superior al tradicional de piedra; pero en boca de todos nuestros cosecheros estaba el famoso «caldo cúprico azucarado de Michel Perret», que aún hoy en día lo siguen recordando nuestros mayores.
La fotografía que aportamos al blog está recogida en Elciego y pertenece al envase en caja de madera del famoso producto.

Aportamos también una fotografía conservada en los archivos de la Biblioteca Koldo Mitxelena Kulturunea de Donosti que hace referencia al famoso producto y constituye en reclamo publicitario de primer orden:

Michel PerretMichel Perret v

LA PRIMERA PROPAGANDA DE LOS VINOS RIOJANOS – 1866

Madrilen sartzeko Errioxako ardo berriak, sustapen berezia antolatu zuen Arabako Diputazioak

Propaganda Torrecilla

La promoción de los vinos riojanos en Madrid era uno de los objetivos del Proyecto de la Diputación de Alava al introducir el sistema Medoc en 1862 para la elaboración de nuestros vinos, bajo la dirección de Jean Pineau . Nuevos mercados, utilización del ferrocarril para el transporte, nuevo sistema de elaboración para dar perdurabilidad al vino, embotellado del vino en pequeños recipientes de vidrio, etiquetado de esas botellas,…Todo un nuevo sistema de elaboración, transporte y comercialización de los nuevos vinos riojanos.Para eso se necesitaba darlos a conocer. Y nada mejor que regalar botellas a personas y personalidades que posteriormente quisieran adquirir esos vinos finos.

Torrecilla
Gregorio Torrecilla, afincado en Madrid, fue consciente del nuevo mercado que se abría y colaboró en la promoción de los nuevos vinos riojanos a través de su nuevo negocio en la Carrera de San Jerónimo, número 11. Sus anhelos de ser el distribuidor, dándolos y dándose él mismo a conocer, suscitó los problemas que se describen en la carta del Diputado General Pedro Egaña. Fruto de este entusiasmo propagandístico es este primer cartel-tarjetón que anuncia al público “Vinos de Rioja elaborados con todo esmero por el sistema Médoc”

Firma Torrecilla
Reproducimos a continuación la reprimenda epistolar que le envía el Diputado General a Torrecilla. Tiene detalles importantes y quiere dejar bien claro la calidad del trabajo realizado, sin que intereses personales polaricen el éxito del nuevo sistema de elaboración.
1866-04-28
Sr. Don Gregorio Torrecilla
Mi estimado amigo:
Anoche dirigí a Vd un telegrama para encargarle por tercera vez que excusara entregar con nuestras botellas de regalo ninguna tarjeta, prospecto, ni aviso de los puntos en que se venda el vino “Medoc Alavés”. Esperaba que en es parte se atendría Vd. Exacta y rigurosamente a las instrucciones que repetidamente le tenía comunicadas, y me ha causado gran sorpresa saber que ha continuado Vd. Dando un paso poco conveniente a la dignidad de esta Diputación y aun al desarrollo de un comercio que interesa a la producción de la Rioja por cuya prosperidad está haciendo tantos sacrificios esta Provincia.
Sabe Vd que le estimo; pero aunque fuese Vd mi propio hermano le diría que no admito discusión acerca de una inconveniencia que lastima la proverbial delicadeza que preside siempre a los actos de esta autoridad paternal. Ha debido Vd. Limitarse a la entrega de los vinos con las comunicaciones a ellos relativas ya que aceptó este encargo. En esas comunicaciones sólo se indica el deseo de abrir el comercio de Madrid a los nuevos vinos reclamando la ilustrada e imparcial opinión de las personas a quienes se hacen los regalos sobre las cualidades de un producto elaborado con un esmero y método hasta ahora nunca vistos en la Rioja. Estas importantes gestiones, que con un fin patriótico, ha dispuesto la Provincia se han confundido lamentablemente con la especial relación de un particular, y debo manifestar a Vd., con la franqueza que me caracteriza, que con mucho sentimiento he visto la precipitación de Vd en mezclar su puff mercantil con nuestros trabajos, ahogando y desnaturalizando completamente la verdadera expresión e índole de los pasos de la Provincia.
Tengo a la vista una tarjeta de las que Vd ha repartido con nuestras botellas, y que me ha sido remitida por persona a quien ha extrañado tanto como a mí su proceder de Vd. En ese tarjetón-anuncio desaparece por completo la provincia de Alava, confundiéndose ambas Riojas; y formando nuestro ” Medoc”, ridículo contraste con el vino “ojo de gallo” al que atribuye Vd. en sus explicaciones, cualidades idénticas al que con grandes sacrificios, noble desinterés y rara constancia ha conseguido la Provincia elaborar al cabo de algunos años de costosos ensayos.
No es el ánimo de esta Provincia crear a sus nuevos vinos una reputación injustificada y por lo tanto transitoria. Queremos que sean apreciados por las circunstancias que reúnan, sin exageraciones pueriles que en ningún caso pueden darles otra cosa que una escasísima y pasajera importancia que para nada necesitamos.
Por todo lo cual debo recomendar a Vd. Ya que lo hecho hasta ahora no tiene desgraciadamente remedio, que deseche su febril impaciencia, y proceda en nuestro asunto, y aún en su propio comercio, con toda la lealtad que a Vd. y a la Provincia interesa no confundiendo con nuestros regalos sus anuncios, valiéndose para lo que particularmente le toque de otras formas más convenientes, dejando para un poco más adelante y no simultaneando con nuestros actos el dar a conocer su establecimiento, cuya reputación quiere Vd. improvisar y fundando esta muy especialmente en la buena calidad de los productos que espenda, sobre todo en los que procedan de esta Diputación, que desea sean acertadamente escogidos, sin que a nuestra sombra y bajo nuestra protección y crédito lleve Vd. vinos malos, que los hay también, aunque se hayan elaborado por el mismo método medoc, descuidando mil y mil operaciones delicadas que requieren para el completo desenvolvimiento de sus cualidades.
Disimule Vd. la severa franqueza de este lenguaje, impuesto por los deberes del cargo que ejerzo y crea que ha causado un gran disgusto y pena al obligar a emplearlo a su siempre afectísimo amigo.
Pedro Egaña

(Archivo Provincial del Territorio Histórico de Alava, Caja 120 nº 19)

La primera etiqueta del vino riojano.- 1866

1866 urtean Arabako Diputazioaren mempe eta Jean Pineauren zuzendaritzapean sortu zen lehenengo etiketa. Oso irudi historikoa eta garrantzi handikoa izan zen eta gaur egunean kontutan izateko ere bai.Etiqueta

Esta es la primera etiqueta “oficial” que se utilizó para un vino riojano. La creó la propia Diputación Foral de Alava para garantizar los vinos elaborados en la experiencia de la modernización de los vinos de Rioja Alavesa, bajo la dirección de Jean Pineau.
La experiencia se inició en las vendimias de 1862 y terminó en 1868. Participaron varios cosecheros “ del País de los Viñedos de Alava llamado Rioja Alavesa”, como se le denominó en el propio contrato que el Diputado General Ramón Ortiz de Zárate hizo con Pineau en Julio de 1862. La etiqueta en sí está llena de detalles que explican el éxito de esa experiencia de 6 años que supuso el inicio de la modernización del vino riojano. 1862 Gortázar
Se utilizó por primera vez en 1866 para ofrecer a un selecto número de personas unas otellas de muestra para darles a conocer las bondades del nuevo vino, más fino y elaborado según el método del Medoc. Las primeras botellas fueron de una selección de vinos de 1862, los primeros elaborados en el proyecto, y que tenían unas etiquetas en el cuello indicando la inicial del cosechero. Si eran de Olano, de Samaniego, o de Gortázar, de Laguardia.

1862 Olano

El Diputado General Egaña escribió una carta con fecha del 19 de abril de 1866 a los participantes en proyecto indicándoles las normas para el uso de la etiqueta.

 

«A los Sres:
– Don Manuel de Gortázar…………..Bilbao
– Don Pedro de Olano………………….Samaniego
– Don Francisco Paternina………..…Labastida
– Don Galo Poves……………………….Labastida
– D. Francisco de Paula Rivas………Villabuena
– D. Canuto Balanzategui……….…..Elciego
– Sr. Marqués de Riscal………..….….Elciego
– D. Bernardo Domingo……………..Laguardia
Vitoria 19 de Abril de 1866
Vivamente interesada esta Diputación general en que los vinos de fabricación Medoc de la Rioja Alavesan consigan en el mercado nacional y extranjero la justa estimación que por sus buenas cualidades merecen, considera de la mayor sin importancia, que los productos bien elaborados y cuidados con el debido esmero, se expendan con la etiqueta oficial que la Provincia ha adoptado al efecto a fin de que no puedan confundirse con productos de medianas condiciones, que se entregan a la especulación antes del tiempo conveniente.
No se ocultará al claro talento de Vd que un sentimiento patriótico de desinterés en obsequio del crédito de la nueva producción, recomienda gran prudencia en los primeros pasos destinados a fijar la base del porvenir de la Rioja; y que por lo tanto sería de desear que sólo los vinos completamente satisfactorios se vendieran con el nombre de “Medoc Alavés”
Imposibilitada como se encuentra esta Diputación de imponer a nadie obligaciones de pura conveniencia general, ha tenido que valerse del medio indirecto de adoptar una etiqueta que garantice la buena calidad de los productos que la lleven, dictando para su uso con fecha 11 del actual la providencia siguiente:

carta
Vitoria 11 de Abril de 1866
Con el objeto de impedir que se haga un uso indebido de la etiqueta que ha adoptado la Provincia para sus vinos de fabricación Medoc examinados y aprobados por la Comisión delegada al efecto; y a fin de poder perseguir en Justicia a los que no llenen las formalidades prescritas, como falsificadores de una marca que nadie tiene derecho a emplear sin la competente autorización, esta Diputación General viene en resolver lo siguiente:
1º.- La Comisión de examen guardará dos botellas de cada uno de los vinos que obtengan la facultad de poder expenderse con la etiqueta oficial
2º.- Si el examen se refiriese a vinos de diferentes años o distintos de uno mismo se guardarán dos botellas de cada clase.
3º.- Estas botellas se lacrarán y sellarán en presencia de los interesados poniéndose en la etiqueta y consignándose en Acta la cantidad de vino de su clase que el cosechero queda facultado para vender, con la fecha del día en que se hace el exámen.
4º.- Todas las botellas de vino recogidas con las formalidades indicadas quedarán almacenadas, bajo la vigilancia y responsabilidad del maestro de cueva Mr. Pineau.
Comuníquese esta providencia para su ejecución cumplimiento y responsabilidad en la parte que respectivamente les corresponde al Director de la Graja Modelo Don Eugenio de Garagarza y al citado maestro de cueva Mr. Pineau
Y siendo Vd uno de los cosecheros Riojanos que con más recomendable celo coadyuva en estos trabajos los esfuerzos de la Provincia, la Diputación espera que y hasta que sean bien convencidos en el comercio los nuevos vinos, ha de prestarse a la adopción de la etiqueta oficial de que remite a Vd adjunto una muestra, en la venta de aquellos que por sus buenas cualidades lo merezcan, reclamando al efecto la autorización de la misma Diputación en los términos que queda dispuesto por la circular del 6 del actual que oportunamente se comunicó a Vd.»

Egaña

(Archivo Provincial del Territorio Histórico de Alava, Caja 120 nº 19)

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