BANDA MUNICIPAL DE ELCIEGO,
125 años poniendo música en la vida social de Elciego
Al entrar en la década de los ochenta del s. XIX, un pequeño grupo de músicos locales amenizaba ciertos actos oficiales y lúdicos con sus instrumentos. Ya en 1878, con motivo del casamiento de Alfonxo XII, el Ayuntamiento acuerda que “la música municipal tocará diana los tres días, tocando durante el día piezas escogidas al público”.
El 7 de noviembre de 1880 “tres individuos solicitan ingresar en dicha música para tocar tres instrumentos de ruido” . Piden al Ayuntamiento aporte la cantidad de 600 rs para la compra de un bombo, platillos y redoblante; pasando estos instrumentos a ser propiedad del Ayuntamiento.
En los festejos de Acción de Gracias de 1881 toman parte la “música del pueblo y el gaitero Prudencio Calbar”.
En 1883 este grupo de integrantes de la música, bajo la dirección del organista parroquial D. Cipriano Rosáenz, van madurando la idea de constituirse como Banda de Música Municipal. El 14 de diciembre del siguiente año, con un acuerdo municipal que avala la iniciativa, se crea la Banda Municipal de Música. Solicitan la compra de catorce instrumentos y el propio organista se compromete a la instrucción musical de los integrantes. Se crea una sociedad en la que cada componente aportaría 20 reales anuales, siendo presidente el Sr. Alcalde Román Ramírez Villarreal. Por los datos que se van deduciendo a lo largo de toda esta década de los ochenta, estaríamos hablando de una Banda integrada por catorce músicos.
En 1885 el Ayuntamiento compra a los ejecutantes “una boina encarnada con su chapa de metal con una lira” como gratificación a la participación en las fiestas locales.
D. Cipriano Rosáenz deja la plaza de organista en 1887, saliendo la vacante a concurso público y especificando en la convocatoria que el organista tiene “grandes probabilidades de ser director de la música municipal”. Isidoro Escurra gana por oposición la plaza de organista y por consiguiente la de director de la banda. La agrupación musical se vincula anualmente con el Ayuntamiento con el compromiso de tocar en las festividades de Santa Isabel, Nuestra Señora y Gracias.
En 1890 se cambia de organista y consigue la plaza Jerónimo Crespo Ruiz de Ubago, músico local e hijo de un anterior organista: Juan Crespo Esnarriaga, natural de Casalarreina. Por los datos que venimos manejando, tanto Escurra como Crespo no dedicaron mucha atención a la Banda, dejando ésta a las órdenes de Matías Del Val; designado por Rosáenz para dirigir el grupo en sus ausencias.
En 1892 se reorganiza el grupo musical, poniendo unas bases de lo que hoy llamaríamos escuela de música municipal. La dirección y la instrucción recae en Matías Del Val, de profesión cortante, quien se obliga a “cuantos chicos quieran aprender la música” recibiendo en la Academia “dos lecciones de solfeo y dos de instrumento”. Pueden entrar en la academia “todos los jóvenes entre doce y diez y siete años que sepan leer y escribir, cuatro reglas de aritmética y la doctrina cristiana y ser de buena conducta social y moral”. La seriedad de la banda y su estructura organizativa del aprendizaje se refleja en las sanciones: “ una peseta por falta de academia y respeto al profesor y cinco pesetas por la falta de tocar en público y actos que la junta determine sin falta justificada”. La actitud y responsabilidad del instructor también está supeditada al acuerdo de la Junta, quien podría sancionarle y llegar a expulsarle.
En 1896 la Banda sigue estando integrada por catorce músicos y participa en las fiestas locales y en la Semana Santa.
Con la entrada del siglo XX, la Banda sigue creciendo afianzándose y dando los frutos de esa escuela de instrucción musical, llamada popularmente Academia de Música. Una tuberculosis aguda ocasiona la inesperada muerte de Matías Del Val en 1898 , originando un vacío en la agrupación. En marzo de ese mismo año un escrito firmado por varias personalidades de la villa, refuerzan la idea de la necesidad de un grupo musical. 56 personas se comprometieron con cinco pesetas anuales para poder hacer realidad la Música Municipal. Eloy Villaverde Castaños aparece como nuevo Director de los catorce músicos comprometidos.
En 1904 toma otro impulso organizativo bajo el nombre de “La Flor” Banda Municipal de Elciego, aumentando el número de músicos hasta 22 y participando en concursos y festivales importantes. La primera gran salida se realiza al “Gran Concurso Regional de Bandas de Música” celebrado en Bilbao en septiembre de 1906. Participaron en el grupo C, junto con las de Tudela, Briones y Ortuella. 22 músicos, todos agricultores y jornaleros, con una media de 29 años, fueron acompañados hasta la estación de ferrocarril de Cenicero como una auténtica expedición. Consiguieron el tercer puesto obteniendo 200 pesetas y medalla de vermeil. El impulso tomado tras la actuación en Bilbao fue importante. Ahora la agrupación musical propone al Ayuntamiento que por poco dinero más, aparte de las tres festividades importantes, tocarían los domingos en la Plaza; apelando a la moral como argumento para poner música al aire libre, en contra de los locales cerrados, donde la moral tiene sus distracciones.
En 1911 Eusebio Palacios Uribe “Pitillos”, persona vinculada a los servicios municipales, toma la batuta de la Banda.
En 1913 participa en el “Concurso Regional de Bandas de Música Civiles” celebrado en Irún en el que podían concurrir “las bandas de la Región Vasca, que comprende las provincias de Vizcaya, Álava, Guipúzcoa, Navarra y los departamentos Vasco-Franceses de Soule, Labourt y Basse-Navarre. “, obteniendo el tercer premio junto con la banda de Azcoitia. La medalla que trajeron de la villa de Irún se quiso plasmar en una fotografía que es la más antigua que conservamos de la Banda. Aparecen 23 componentes músicos .
Durante estos años los contratos con el Ayuntamiento se van renovando casi anualmente. Los problemas son los cotidianos de cualquier banda: que si fallan o no los dos músicos que tocan el bajo, que los educandos no pueden desempeñar aún el papel de músicos, que necesitan ayuda económica para compra de instrumentos, que las inclemencias del tiempo hacen que no puedan tocar en la Plaza,….
En 1918 se inscriben en el Concurso de Bandas Civiles de Pamplona, a celebrar en San Fermín. Solicitan al Ayuntamiento anticipo de los dineros para poder asumir gastos; pero esta dificultad, junto con las fechas de intenso trabajo en el campo, hacen que no puedan acudir a esta nueva cita donde se concentra lo más granado de la música regional. Para estas fechas está ya de director una persona bien instruida musicalmente, conocedora de varios instrumentos y que dedicaría más de la mitad de su vida a dirigir y enseñar en la Banda de Música: Juan Cruz García Laorden “Pitín”.
En 1919 toma parte en el Gran Concurso de Bandas Civiles celebrado en Vitoria. Son 32 músicos bajo la batuta de Juan Cruz García y en su palmarés llevan seis premios. El nivel de la banda nos los indica la obra que llevaron de libre elección : “Marie Henriette” Obertura de L. Montagne. Un elogioso y extenso artículo del “Heraldo Alavés” alaba el nivel artístico de estos jornaleros y agricultores que tras una extensa y dura jornada de trabajo sacan horas para sus ensayos musicales. Un segundo premio compartido con las bandas de Balmaseda y Laguardia y dotado de 1.500 pesetas y medalla recompensó el trabajo de estos artistas locales.
En las décadas de los veinte y los treinta el grupo es compacto, formado y organizado. Las renovaciones de los contratos con el Ayuntamiento y la formación de los educandos están presentes en los papeles y escritos.
En 1934 obtiene el segundo premio en el Concurso de Bandas Civiles celebrado en Haro.
En las siguientes décadas son numerosos los jóvenes formados en la Banda Municipal que cumplen el servicio militar en bandas militares: Banda Requeté, Banda de Suboficiales de Madrid, Regimiento de Infantería de Burgos, Banda Militar de Aviacion de Madrid, etc….teniendo un apartado especial la Banda Militar de Jaca, dirigida en 1947 por Germán Rivacoba Ibáñez, músico local, quien fallece a los pocos meses.
En la década de los cincuenta la Banda Municipal se fracciona en dos grupos por una desavenencia con las autoridades municipales al reclamarles un salario de 3 pesetas diarias. La Municipal continuaría bajo la batuta de Vicente Rivacoba Ibáñez y la de Santa Cecilia se formaría bajo la dirección de Juan Cruz García. La primera continuaría con las actuaciones oficiales locales y el segundo grupo, más dinámico y emprendedor, buscó en las localidades próximas refuerzos y actuaciones.
En las fiestas de Vitoria de 1962, en el Alarde de Bandas de Música, actúan los dos grupos de Elciego: la Municipal bajo la dirección de Vicente Rivacoba y la de Santa Cecilia bajo la batuta de Pablo Gallego Alonso.
Esta disgregación, la dureza de la vida del campo y la emigración de los jóvenes a la ciudad, trajo consigo una ralentización y enfriamiento de la propia Academia y de la formación de jóvenes músicos; pasando a ser en la década de los setenta y ochenta un pequeño grupo de músicos que continuaban con la tradición. Las nuevas modas y tendencias musicales hacen que las bandas vayan perdiendo protagonismo cediéndolo a grupos modernos, interpretadores de una música más rítmica y con una finalidad de amenizar fiestas y bailables en locales cerrados.
Al inicio de la década de los noventa se retoma la Banda Municipal por parte de los músicos que iban quedando y con la ayuda del Ayuntamiento. Se fortalece la estructura de Banda Municipal y la formación de músicos, teniendo un acogida importante entre los jóvenes del municipio. Se le encomienda la dirección a Pablo Gallego Alonso, perteneciente a una larga familia de músicos locales y afincado en Lerín (Navarra). Se registra como “Asociación Musical Santa Cecilia” el 9 de marzo de 1992. La cantera está muy nutrida y estos jóvenes interpretan por primera vez la Retreta de San Prudencio de este mismo año. El Concierto de presentación de la nueva Banda se hace el 6 de septiembre de 1992, con motivo del Pregón de fiestas. Lo componen 54 músicos ( siendo siete los veteranos).
A lo largo de esta década, una cuarentena de músicos, en una población que no llega la millar de vecinos, viven la música como ocio y elemento artístico de la vida municipal.
Un factor importante en esta época es la pareja de Gaiteros de Elciego. La armonización de gaita y banda va a ser uno de los grandes valores de la Banda Municipal. Se ejecutan obras semiolvidadas y se tiene a la Banda de Elciego como un referente de gaita y música de viento.
Con la llegada a la dirección de Jesús Gantxegi en 2002 la Banda gana en musicalidad. Se trabaja la dinámica como auténticos profesionales y se ejecutan obras de autoría propia. La corta trayectoria del director de Bergara deja a los ejecutantes un camino abierto a hacer música más perfeccionada y a tener muy buenas relaciones con otros músicos vitorianos que refuerzan las actuaciones.
En el homenaje a Gantxegi el 18 de marzo de 2007, se presenta el nuevo director: Diego Moreno, músico innovador, formado académicamente y con una estrecha relación con la música local. El perfeccionamiento en la ejecución y la innovación en la música de Banda hacen de este grupo uno de los buenos referentes dentro de los grupos musicales de Alava.